Equipos
de alto desempeño: una realidad en la educación virtual
Autora: Sol de María Jiménez González, Estudiante
MAP D37
|
“Yo
hago lo que usted no puede, y usted hace lo que yo no puedo. Juntos podemos
hacer grandes cosas.”
Madre Teresa de Calcuta
1.
Introducción
Cuando se habla de la virtualidad
inmediatamente se viene a la mente el sin fin de herramientas tecnológicas para
comunicarnos con personas que no se encuentran en el mismo lugar, pueden estar
en diferentes ciudades, países o inclusive continentes.
Poco a poco y diversas experiencias en
el trabajo y el estudio, me han permitido conocer el mundo de la virtualidad de
una forma muy distinta a la que yo pensaba. Al principio cuando me hablaban de
educación virtual, debo confesar que me parecía absurda la idea de una
formación académica de alta calidad y mucho menos me imaginaba que se podría
lograr realizar un trabajo grupal.
Hace siete años me incorporé como
educadora en una universidad a distancia y fue entonces cuando comprendí las
numerosas ventajas que tiene el componente virtual en la educación y todo el
trabajo que hay alrededor del estudiante. De esta forma mis temores y dudas
sobre la educación virtual se desvanecían y fue entonces cuando decidí involucrarme
en estudios de maestría en modalidad virtual.
2.
El reto de la virtualidad:
la socialización
Una vez que inicié con la educación
virtual, lo primero que destaca es que no era la única persona en el mundo con
limitantes de tiempo y distancia. Esta es la primera señal: tengo algo en común
con los otros estudiantes, todos optamos por este tipo de modalidad por
nuestras limitaciones geográficas, tiempo y tipo de trabajo.
A medida que empiezan los cursos, las
plataformas educativas se encargan de promover la socialización entre los
estudiantes por medio de foros sociales principalmente y se empieza a
interactuar con profesionales de otras disciplinas, con trabajos interesantes,
de otros países, culturas y formas de pensar distintas. A pesar de las
diferencias todos tenemos otra cosa en común, el tema de la Administración de
Proyectos y lograr con éxito la finalización de la maestría.
En la educación presencial los
educadores son los grandes protagonistas del proceso enseñanza-aprendizaje; son
las personas que se encargan de planificar los contenidos, los recursos,
material didáctico, enseñan y evalúan. Sin embargo, en la educación virtual el
profesor es una guía para los estudiantes y tiene un alto impacto en el nivel
de socialización que se consiga dentro de un curso determinado.
Por ejemplo, hay profesores que se
presentan por medio de videos y esto personaliza mucho más el curso pues se
materializa la persona, ya no es un texto que describe el perfil del educador,
sino que tiene cara, tiene personalidad. Igualmente se utiliza el recurso de
las videoconferencias como una excelente opción para interactuar con el
profesor y los compañeros de forma sincrónica.
Los medios que utilizan los profesores
para desarrollar el curso influye mucho en el aprendizaje y las herramientas de
interacción visuales promueven la socialización con la institución, el profesor
y el estudiante. De igual forma, cuando el educador propone actividades
grupales empuja al estudiante a desarrollarse en el entorno virtual.
El reto de la socialización en una red
virtual es difícil pues al final cada persona interactúa a través de un medio y
no con sus propias palabras, gestos y personalidad que es lo que consideramos
la forma natural de interacción entre seres humanos. Sin embargo, este medio
impersonal, llega a ser un enlace entre personas con cosas en común trabajando
para alcanzar un objetivo.
3.
¿Trabajos grupales en
espacios virtuales?
En uno de los primeros cursos viene el
gran reto: el trabajo grupal, así que todos a formarse en grupos. Yo estaba
preocupada, ¿Cómo vamos a hacer un trabajo en grupo con gente que nunca he
visto en mi vida y a la que nunca he hablado cara a cara? Lo único que podía
conocer de estas personas era lo que estaba publicado en su perfil y lo que
leía de ellos.
Bien, tenemos una tarea que hacer y
hay que hacerla en equipo: organicémonos y pongámonos de acuerdo. Al principio
todos quieren hacer las cosas a su manera, sobre todo, si el perfil de
personalidad es muy parecido, pero poco a poco cada uno encuentra su rol dentro
del equipo: dirigir, hacer, revisar, dar formato, integrar respuestas, etc.
Recuerdo la primera sesión con mi
grupo de trabajo. Por medio del foro de organización acordamos la fecha y hora
de nuestra primera reunión virtual. Escuchar las voces de mis compañeros fue
una grata sorpresa, eran reales, pero lo mejor es que todos estaban dispuestos
a dar lo mejor de sí para completar la tarea encomendada con éxito.
4.
De grupo a equipo
Al pasar los cursos, la confianza
entre los miembros ha crecido, hemos aprendido a conocer las habilidades de
cada uno y apoyarnos mutuamente. Por ejemplo, por la naturaleza de nuestros
trabajos nos toca viajar y cada vez que alguno está fuera con poca
accesibilidad, el resto se sacrifica para realizar el trabajo de manera que no
afecte el desempeño y al final el crédito es de todos.
Gracias a las habilidades que hemos
desarrollado a través de la formación de grupos y elaboración de trabajos
grupales, hemos formado un equipo, ya no somos un grupo de personas tratando,
somos un grupo de personas haciendo.
A estas alturas, nuestro equipo de
trabajo se organiza de manera natural, rápida y puntual. Se asignan las
responsabilidades de forma consensuada acorde a la disponibilidad, habilidad y
experiencia en el tema, inclusive cada uno aporta alternativas y herramientas
para trabajar según sus experiencias y recursos. Hemos acortado la duración de
las tareas sin afectar la calidad de los trabajos entregados, somos un equipo
virtual de alto rendimiento.
A través de este viaje de las
actividades grupales en un entorno virtual, hemos encontrado desafíos como
diferencias de horarios o problemas de conexión a internet y estudiantes que se
incorporan al equipo base. En éste último, hemos experimentado de todo, desde
compañeros que no responden hasta el último día de entrega y otros que se
acoplan de manera inmediata a la forma de trabajo del equipo. ¿Cuál es la
diferencia? El estudiante que comparte con el resto del equipo el mismo
entusiasmo, la misma visión, la motivación por entregar una buena tarea
independientemente que su valor sea cuantificable para la nota o no, la
responsabilidad del cumplimiento con lo planificado y la honestidad de expresar
al resto de los miembros, si puede o no cumplir con su asignación, es el factor
diferenciante. También se nos han unido compañeros que aportan ideas diferentes
que son refrescantes y aceptadas por lo que cada vez, el equipo mejora sus
entregables.
Como todos estamos en situaciones de
vida, trabajo y estudio similares, la empatía entre los miembros es casi
tangible, así el rol del liderazgo lo hemos rotado entre todos según nuestra
disponibilidad semana a semana.
Ahora, no sólo hemos formados un equipo
de alto desempeño por nuestras habilidades académicas, sino por el grado de
socialización y confianza que hemos desarrollado. Por ejemplo, al principio la
comunicación era bastante formal: “Estimada
Sol de María, espero que se encuentre bien, le adjunto mis aportes al trabajo…”
ahora nuestra comunicación implica un tipo de relación diferente: “Hola Sol!, cómo has estado, ha llovido
mucho por allá?...” Esto refleja que
los miembros del equipo muestran preocupación e interés por los otros y
solidaridad mutua. Ya no son personas desconocidas y muy probablemente serán
personas recordadas cuando alcancemos la meta final.
5.
Conclusiones
Independientemente de la razón por las
cuales se formen los equipos virtuales, éstos pueden convertirse, sin lugar a
dudas, en equipos de alto desempeño. De mi experiencia comparto la importancia
de tener cierto grado de socialización entre los miembros y el hecho que todos
compartan la misma meta, cada uno aportando lo mejor de sí, pues se es
consciente que si alguno falla y no es apoyado por el resto del equipo, la nota
final afectará a todos por igual.
El tema de la virtualidad ya está
dentro de las actividades ordinarias de nuestra vida personal y profesional, no
se puede negar que en algunos años, esta metodología será la preferida y cada
vez será mayor el número de equipos de trabajo virtuales en nuestras
organizaciones, dada la facilidad que se tiene de comunicación a nivel global.
En los equipos virtuales hay que
recordar siempre que la comunicación es hacia otro ser humano, sólo que usamos
un medio diferente para hacerlo. El desempeño que tenga el equipo, aunque
depende mucho de las competencias que tenga cada uno, creo que se cimienta en
los mismos miembros independientemente de la tarea que se vaya a realizar; no
olvidar felicitarnos por el buen trabajo, ser honestos con nuestras
limitaciones, aprender a trabajar con personas que se unen y asumir como equipo
la responsabilidad y los errores (sin buscar culpables) teniendo siempre
presente la meta que se quiere alcanzar.
Las dificultades al inicio son iguales
a las que se muestran en equipos presenciales, es decir, el ciclo es el mismo;
pero sobrepasar las complicaciones depende de uno mismo y de la autodisciplina
que debe venir implícita en los estudiantes que optamos por la modalidad
virtual.
Bibliografía
·
La
tortuga y la liebre (n.d). Consultado del 04 de
marzo 2013, Universidad para la Cooperación Internacional, página web de
Recursos Académicos: http://www.ucipfg.com/map/moodle/mod/resource/view.php?id=14851
·
Muñoz, F. (n.d). Los nuevos Galácticos y la final de película.
Consultado el 04 de marzo 2013 de http://www.ucipfg.com/Repositorio/MAP/MAPD-07/UNIDADES-APRENDIZAJE/UNIDAD_4/Los_Nuevos_Galacticos.pdf
Soria,
I (2013). Los equipos de trabajo
dispersos o virtuales: Una realidad en nuestros días. Tomado de http://blog.inspiringbenefits.com/recursos-humanos/los-equipos-de-trabajo-dispersos-o-virtuales-una-realidad-en-nuestros-dias/
No hay comentarios:
Publicar un comentario